El otro día consultando las novedades de facebook, me encontré con una agradable sorpresa. Un excompañero del Instituto Español de Lisboa (¡obrigado Tiago García!), compartió un artículo de Carlos Neto, un profesor de la Facultad de Motricidad Humana en Lisboa, en el que reflexiona sobre lo mal que estamos educando a nuestros hijos (hablando siempre de forma general con lo que ello implica), teniendo en cuenta las posibilidades de desarrollo motor que tienen, que en el mayor de los casos son las mismas que tuvimos desde hace años, solo que hoy en día las prioridades son otras.
www.observador.pt |
http://observador.pt/especiais/estamos-a-criar-criancas-totos-de-uma-imaturidade-inacreditavel/
Aunque es la frase inicial del encabezado de la publicación, resulta curioso que...¡es cierta! "Cuanto mayor sea el recreo, más atención habrá en clase. Cuanta menor libertad para jugar, mayor el riesgo de accidentes".
El tiempo libre de los niños (entendiendo a "niños" como el conjunto de infantes de ambos sexos), es una experiencia básica para que adquieran conocimientos sobre su entorno, sobre ellos mismos, sobre los otros, sobre resolución de problemas de forma autónoma, etc. Son periodos de tiempo muy ricos y que poco a poco, se los estamos quitando. Los recreos cada vez son más cortos, y menos. En algunos colegios solo hay uno, en otros 2 pero de corta duración ambos; y el hecho es que, como apunta el Dr. Neto, los estudiantes que más juegan y más se mueven, luego están más atentos en el aula; como lo corroboró en su estudio. Y es que no se trata de llamar más o menos la atención, de unas estrategias innovadoras de la nueva escuela,...a veces solo consiste en tener un buen recreo, con tiempo de calidad.
Este tiempo, sobretodo debe tener un equilibrio con el tiempo que pasan sentados en las aulas de materias teóricas. Hay varias soluciones, que no tienen porqué entenderse por separado, algunas de ellas pueden compaginarse. Por un lado, las clases teóricas pueden ser más prácticas adaptando un poco la metodología. Por otro, se puede reorganizar el horario escolar de forma que el tiempo de aula (teórico) se optimice y así pueda haber un tiempo de recreo mayor. Por último, aunque puede haber muchas otras opciones, es introducir el trabajo por proyectos, lo cual tiene una clara vocación interdisciplinar y de desarrollo de múltiples facetas pedagógicas.
Otro aspecto que me llamó la atención del artículo y que es coherente con mi metodología de trabajo es el que, según llama el Dr. Neto, "terrorismo del no". En el día a día, en casi cualquier espacio en el que convivan niños y adultos, podemos escuchar "¡no hagas eso!", "¡no te subas ahí que te vas a caer!" y otros similares. Aclaremos que no se trata de dejar que hagan lo que quieran ya que puede ser que a veces, sean situaciones muy peligrosas y ahí sí tenga que intervenir el adulto; pero en la mayoría de las ocasiones, el niño solo quiere buscar límites y superarlos, ponerse a prueba, y eso es al fin y al cabo lo que hace la vida. En todo momento nos pone a prueba en los diferentes ámbitos, por lo que, cuanta mayor experiencia tenga un niño durante su infancia, en cuanto a los retos y su superación (o sin superarlos pero al menos intentarlo) mayor será su capacidad y autonomía cuando crezca.
Por último, señalar un dato llamativo y que define sobremanera lo que es la actividad física y cómo funciona el ser humano en relación a la misma. Se observa que en los países en desarrollo o aquellos con mayores dificultades (mal llamados del tercer mundo), la cultura de la infancia tiene una gran resiliencia, una gran capacidad de salir adelante, a pesar de un entorno bélico, con agresiones de todo tipo e incluso hambre (o todo a la vez). "...son niños que tienen una capacidad de resolución de problemas muy interesante. Cosa que no sucede en lo países desarrollados, donde están sobreprotegidos."
Creo que una vez leído el artículo del Dr. Neto, se puede ver el panorama mucho más claro. Observemos a nuestros pequeños, guiemos su descubrimiento, pero en la medida de lo posible no lo coartemos, porque les estaremos haciendo más daño del que puede parecer.
Aunque es la frase inicial del encabezado de la publicación, resulta curioso que...¡es cierta! "Cuanto mayor sea el recreo, más atención habrá en clase. Cuanta menor libertad para jugar, mayor el riesgo de accidentes".
www.melillaconbici.com |
Este tiempo, sobretodo debe tener un equilibrio con el tiempo que pasan sentados en las aulas de materias teóricas. Hay varias soluciones, que no tienen porqué entenderse por separado, algunas de ellas pueden compaginarse. Por un lado, las clases teóricas pueden ser más prácticas adaptando un poco la metodología. Por otro, se puede reorganizar el horario escolar de forma que el tiempo de aula (teórico) se optimice y así pueda haber un tiempo de recreo mayor. Por último, aunque puede haber muchas otras opciones, es introducir el trabajo por proyectos, lo cual tiene una clara vocación interdisciplinar y de desarrollo de múltiples facetas pedagógicas.
Otro aspecto que me llamó la atención del artículo y que es coherente con mi metodología de trabajo es el que, según llama el Dr. Neto, "terrorismo del no". En el día a día, en casi cualquier espacio en el que convivan niños y adultos, podemos escuchar "¡no hagas eso!", "¡no te subas ahí que te vas a caer!" y otros similares. Aclaremos que no se trata de dejar que hagan lo que quieran ya que puede ser que a veces, sean situaciones muy peligrosas y ahí sí tenga que intervenir el adulto; pero en la mayoría de las ocasiones, el niño solo quiere buscar límites y superarlos, ponerse a prueba, y eso es al fin y al cabo lo que hace la vida. En todo momento nos pone a prueba en los diferentes ámbitos, por lo que, cuanta mayor experiencia tenga un niño durante su infancia, en cuanto a los retos y su superación (o sin superarlos pero al menos intentarlo) mayor será su capacidad y autonomía cuando crezca.
www.fundacionunam.org.mx |
Por último, señalar un dato llamativo y que define sobremanera lo que es la actividad física y cómo funciona el ser humano en relación a la misma. Se observa que en los países en desarrollo o aquellos con mayores dificultades (mal llamados del tercer mundo), la cultura de la infancia tiene una gran resiliencia, una gran capacidad de salir adelante, a pesar de un entorno bélico, con agresiones de todo tipo e incluso hambre (o todo a la vez). "...son niños que tienen una capacidad de resolución de problemas muy interesante. Cosa que no sucede en lo países desarrollados, donde están sobreprotegidos."
Creo que una vez leído el artículo del Dr. Neto, se puede ver el panorama mucho más claro. Observemos a nuestros pequeños, guiemos su descubrimiento, pero en la medida de lo posible no lo coartemos, porque les estaremos haciendo más daño del que puede parecer.
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