El origen de este nuevo artículo, tiene dos fuentes principalmente. La primera la propia experiencia laboral ya que, tanto en España como en Ecuador, algunos alumnos/as me dijeron esta misma frase (con prescripción médica incluida en algunos casos). Lo cual me llama la atención, porque como estudié y corroboré al leer diversas investigaciones, los efectos del asma pueden llegar a limitarse por medio de la actividad física y no debe ser un argumento para la no realización de muchas de las actividades comunes, al menos en edad escolar. La actividad física puede ser un causante y al mismo tiempo parte de la solución, todo depende de cómo, cuándo y cuánto. Sigan leyendo:
¿Cómo influye el asma en el ejercicio?
Definición.
El asma forma
parte del grupo de enfermedades conocidas por EPOC (enfermedad pulmonar
obstructiva crónica). Se reúnen así debido a que tienen en común el concepto de
obstrucción/limitación de salida del aire desde los pulmones hacia el exterior.
El asma concretamente, es una enfermedad en la que los bronquios sufren una
repentina broncoconstricción/broncodilatación a consecuencia de la reactividad
de la tráquea a diferentes estímulos. Con lo que el calibre de la vía
respiratoria va variando a medida que pasa el día, dependiendo de las
actividades realizadas, e incluso de los esfuerzos repentinos como puede ser la
risa. Estos estímulos pueden ser; desde agentes irritantes o frío, hasta factores
emocionales o ejercicio físico (asma inducida por ejercicio). Las células
implicadas son los mastocitos y los eosinófilos. Los síntomas se producirán si
la frecuencia de broncoconstricción/broncodilatación supera los límites del
individuo. Estos síntomas son los siguientes:
- Disnea
- Sibilancias
- Tos
- Expectoración
Se calcula que:
1-2 minutos de
ejercicio intenso = Broncodilatación de 5 minutos.
6-12 minutos de
ejercicio vigoroso = Obstrucción de las vías aereas de 5-10 minutos después del
ejercicio (o durante la realización del mismo).
*Esto dependerá de varios
factores, entre los que se encuentra el ejercicio; más concretamente el tipo,
la duración, intensidad, etc.
Los atletas también compiten con asma |
Tipos de asma.
Para la
prescripción de ejercicio, se suele clasificar el asma en función de su
gravedad:
Clasificación
y características definitorias.
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Ligero
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Moderado
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Intenso
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Síntomas leves u ocasionales que no limitan la actividad
física.
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Síntomas leves pero frecuentes (2-3 días a la semana.
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Síntomas constantes, especialmente nocturnos o a primeras
horas de la mañana, con agudizaciones frecuentes e intensas que limitan la
capacidad física del individuo.
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Capacidad ventilatoria normal durante las intercrisis
(medida mediante el FEV1 o el flujo espiratorio máximo).
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Síntomas ocasionales peor de gran intensidad, u
ocasionados muy fácilmente por estímulos poco intensos (ejercicio ligero,
risa, irritantes, aire frío, etc.)
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Capacidad ventilatoria moderadamente disminuida durante
las intercrisis (FEV1 inferior al 60% de su valor de referencia).
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Necesidad de tratamiento broncodilatador de forma
ocasional (no más de 4 inhalaciones de un agonista adrenérgico β-
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Capacidad ventilatoria ligeramente disminuida durante las
intercrisis (FEV1 entre el 60-80% de su valor de referencia).
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Necesidad constante de tratamiento broncodilatador (6 ó
más inhalaciones al día).
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Necesidad diaria de tratamiento broncodilatador (más de 2
inhalaciones al día).
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Síntomas Generales. Síntomas con el ejercicio.
Como norma
general y con respecto al ejercicio, se sabe que puede ser útil tanto para
diagnosticar/confirmar algunas enfermedades respiratorias, como para su
rehabilitación o tratamiento. Incluso puede servir para realizar un pronóstico
orientativo de la gravedad de la misma. Sin embargo también es uno de los
estímulos que provocan la reacción negativa de la tráquea. De todas formas el
ejercicio también puede provocar asma. El asma provocada por el ejercicio (Asma
Inducida por el Ejercicio- AIE) es otro tipo de asma diferenciado del asma
crónico, se define como una reacción broncoconstrictiva después de 5-8 minutos
de ejercicio extenuante. Esta reacción se puede cuantificar con medidas de
función pulmonar. A veces puede comenzar durante el ejercicio pero lo más
habitual es que lo haga al finalizar el mismo. Como comentaba anteriormente, el
proceso comienza con una broncodilatación (al inicio del ejercicio) que provoca un posterior broncoespasmo y
secreción excesiva de moco, seguido de una broncoconstricción (al finalizar el
ejercicio). El AIE seguiría un patrón similar al siguiente:
Fases
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Inicial
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Máximo
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Fin
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Duración (minutos post-ejercicio)*
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2-4
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4-8 en niños
6-12 en adultos
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20-90
|
*Hay que
recordar que a veces empieza ya durante el ejercicio
Todos estos
factores conllevan una descoordinación entre músculos torácicos y abdominales
que compromete la eficacia del sistema respiratorio. Esta eficacia dependerá de
la contribución de los músculos abdominales en la obtención del volumen
circulante (sujetos normales 25%, sujetos con EPOC 35%). Todo ello implica un
mayor esfuerzo para los grupos musculares implicados en la respiración, que se
suma a la variación en el calibre de la vía respiratoria, y tiene como
resultado la aparición de fatiga de estos grupos musculares y más tarde la
correspondiente disnea. Estos síntomas se acentúan si el ejercicio se hace en
un ambiente frío y seco.
La sensación
acentuada de disnea se atribuye a la inadecuada relación entre tensión y
longitud de los músculos respiratorios, mala relación mecánica del sistema
respiratorio, modificaciones en la percepción de las cargas respiratorias, la
fatiga citada anteriormente, ventilación excesiva y aumento del VO2 (volumen de oxígeno) de los músculos respiratorios.
La realización
de un ejercicio produce generalmente un incremento de H+, como
consecuencia, se produce acidosis respiratoria. Secundariamente aparece
hipoxemia, que también incrementa la concentración de Lactato por lo que
posteriormente se agravará la situación por la acidosis metabólica. Esta
situación en sujetos normales no tendría mayor problema ya que la compensación
respiratoria reduciría los niveles de CO2 y devolvería al pH a sus
niveles normales. En sujetos asmáticos la reserva respiratoria es precaria por
lo que el fallo respiratorio global es la consecuencia.
El ambiente en
el que se realiza el ejercicio se antoja un factor importante de cara a la
aparición de AIE ya que si éste es húmedo (independientemente de la temperatura
del aire) las probabilidades de que aparezca la reacción asmática se reducen
considerablemente. De hecho cuanta mayor humedad haya, más se reducirá la
reacción broncoespástica.
¿Porqué ayuda el ejercicio?
El ejercicio físico mejora la
capacidad cardiorrespiratoria de los asmáticos. Aunque el acuerdo no es unánime
en cuanto a la capacidad de mejora en el nivel de obstrucción bronquial o sobre
el verdadero alcance en la prevención del broncoespasmo inducido por el
ejercicio. Los beneficios más claros son: mejora del nivel de disnea para una
misma carga de trabajo (aunque es una observación difícil de concretar debido a
la intervención de diversas variables entre las que está la gravedad del asma
–ligera, moderada, intensa-). Los protocolos de ejercicio deben considerar
estos principios generales:
- Obtener la máxima información de los aspectos clínicos que se observen, antes durante y después de la prueba, empleando un mínimo de intervenciones y mediciones.
- Debe conocerse el punto máximo de ejercicio en el que aparecen síntomas y así poder establecer a posteriori, los factores que lo limitan y los mecanismos de adaptación.
Muchos
asmáticos tienen un pobre nivel de condición física que no es resultado del
asma en si, sino de la inactividad física. Por eso estos grupos de personas
deberían concienciarse de que, si bien el ejercicio puede ser “malo” provocando
AIE; también puede ser beneficioso puesto que es una herramienta más para
prevenir, tanto el asma crónico como el AIE.
El incremento ventilatorio
que produce el ejercicio, asociado al aumento en el gasto cardiaco, ponen en
funcionamiento unidades alveolocapiares con buena relación V/Q, y el
intercambio de gases mejora.
El ejercicio
es beneficioso desde el punto de vista de que al producirse adaptaciones al
esfuerzo, éste se tolera mejor y las necesidades de medicación del sujeto, a
priori, son menores debido a su ganancia en la capacidad aeróbica. En
ejercicios aeróbicos (práctica frecuente y regular) a intensidad moderada
submáxima, el beneficio es que aumenta la capacidad aeróbica y por lo tanto se
necesitarán niveles de intensidad más altos para desencadenar el asma. En otros
estudios (Teixeira, 1990) se comprobó que con el ejercicio mejoran, la mecánica
respiratoria, la ventilación pulmonar, y el volumen residual. Cochran y Clark
(1990) dicen que con el ejercicio submáximo a intensidad “controlada” y mantenido durante 3 meses se mejoró la
aptitud y performance” cardiorrespiratoria (aumento de: VO2 máx.,
Umbral Anaeróbico. Disminución de: Lactato, CO2 expirado y volumen
residual).
Existen una
serie de prácticas deportivas que ayudan a mejorar la calidad de vida del
asmático por su bajo nivel de asmagenicidad (que causan menos obstrucción
bronquial). Al igual que la carrera tiene unos efectos muy perniciosos para la
salud del asmático, otras prácticas como la natación, remo, o caminar son muy
aconsejables, veamos algunos ejemplos:
Actividad Física
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Recomendada
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No recomendada
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Natación
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Running
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Remo
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Ski de fondo
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Caminar
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Baloncesto
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Ski
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Hockey
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Ciclismo
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Atletismo (de larga
distancia)
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Trekking
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Fútbol
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Golf
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Beisbol
|
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Surf
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De todas
formas, también influyen en la asmagenicidad del ejercicio otros factores como
son la intensidad del mismo y la cantidad de grupos musculares implicados. Las
conclusiones a las que se llegó en diversas investigaciones nos indican que:
Asmagenicidad
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Intensidad del ejercicio
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Muy Alta
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6-8 minutos. 70%-80% VO2 máx.
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Baja
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100% VO2 máx.
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Duración
del ejercicio
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Baja
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20 minutos
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Alta
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5 minutos o menos
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Ejecución
del ejercicio
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Menor
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Interválico
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Mayor
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Continuo
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En el caso de ejercicio máximo,
el AIE no se produce, probablemente por que no da tiempo a que se produzca, es
decir, ese tipo de actividad no se puede mantener durante mucho tiempo, por lo
que la reactividad bronquial no se llega a desencadenar.
Con respecto a la natación está
especialmente indicada para asmáticos y AIE debido a que se ha comprobado que
el alto nivel de humedad en el ambiente cerca del agua previene el que ocurra
la perdida de calor y agua de las vías respiratorias y en consecuencia, el AIE.
El entrenador y/o el deportista
han de ser conscientes de estos factores a la hora de la práctica deportiva ya
que su control será determinante para el máximo rendimiento, ya sea de
deportistas de élite o amateurs.
Programación de ejercicio para cada tipo de asma.
Además de conocer el tipo de asma
que se sufre, hay que conocer el estado físico del individuo, su motivación y
el compromiso con el programa de ejercicios.
Así pues en función del tipo de
asma tenemos que:
Ejercicios
en función del tipo de asma
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Ligera
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Moderada
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Intensa
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No difiere mucho del que se utiliza para la puesta a punto
de un individuo sano.
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El objetivo será mejorar la puesta a punto
cardiorrespiratoria y la capacidad aeróbica. Mejorar la fuerza general,
fuerza de resistencia, elasticidad y movilidad general.
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Limitar la actividad física a programas de rehabilitación
sin participar en ningún deporte (a nivel rendimiento).
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Ejercicio aeróbico de forma pautada, práctica diaria.
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El ejercicio se realizará de forma individual o en
pequeños grupos homogéneos.
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Contar con personal médico preparado para actuar en el
caso de que suceda una crisis aguda.
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Revisiones periódicas para evaluar progresos/dificultades.
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Con respecto a la administración de inhaladores de
agonistas β-2 adrenérgicos; éstos serán de acción rápida y se inhalarán
previamente a la realización de ejercicio.
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No está indicado que el individuo forma parte de un grupo
de rehabilitación.
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Realizar calentamiento con ejercicios suaves y dirigidos.
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Se recomienda realizar algún deporte.
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3-4 sesiones de 30 minutos a la semana. Periodos de 3
meses.
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La práctica se realizará en las condiciones ambientales
comentadas en la tabla anterior y el tipo de práctica será del grupo del as
no asmagénicas.
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Recomendaciones para asmáticos para la práctica de ejercicio
- Crear una rutina de calentamiento de 15-30 minutos que incluya actividades de intensidad baja-moderada, con el que se favorece un periodo refractario que minimiza la intensidad de la respuesta broncoconstrictora del ejercicio que se realice posteriormente.
- Respirar por la nariz lo más frecuentemente posible para que el aire mantenga la mayor humedad posible antes de entrar a las vías respiratorias.
- Ejercitarse en un ambiente caluroso y húmedo es mejor que ejercitarse en un ambiente frío y seco.
- Evitar realizar ejercicio cuando los niveles de polen y contaminación atmosférica sean altos (si la alergia juega un papel en el asma).
- Hacer ejercicios de relajación
- Llevar siempre el inhalador al lugar donde se vaya a realizar la práctica deportiva.
- Beber gran cantidad de líquidos.
- Refrescarse antes y después de la práctica deportiva.
- Evitar cambios bruscos de temperatura (vestuarios, aire libre, etc.)
De cualquier
forma, el ejercicio no es milagroso y no sería razonable esperar mejorías
espectaculares. No se puede curar el asma por medio del ejercicio, tan solo
será útil para aumentar las reservas de las vías aéreas y así reducir el
trabajo del sistema respiratorio durante el ejercicio.
mira tengo 16 año y quiero ser arquero troto 15 minuto y no puedo respirar bien que mejor me dejo no tengo 1.90 me ayudan por favor?
ResponderEliminarDebería saber a qué intensidad corres y si lo haces en llano o con pendientes. También es conveniente saber qué tipo de asma tienes, pues no todas funcionan igual. Como norma general te diría que pruebes a nadar una media hora seguida, si tienes esa posibilidad, a una intensidad baja. Mira a ver cómo te sientes y si te pareció fácil repite otras 2 veces. Tras nadar esas 3 veces en total, prueba a correr suave y en llano durante 15´, descansas 5´ y vuelves otros 15´. Después me cuentas qué tal te fue ;)
ResponderEliminarPor otro lado, también cuenta con que el arquero es el jugador del campo que menos resistencia aeróbica necesita; siendo más importantes otras capacidades y habilidades como fuerza, velocidad de reacción, flexibilidad, reflejos,... No hace falta ser un fondista para ser un buen arquero
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