08 diciembre 2015

SEXISMO Y DEPORTE

Como sabéis los que me leéis a menudo, muchas de las publicaciones que hago, surgen de la práctica, del día a día con mis fenómenos de Educación Física. Esta no es una excepción y surgió de inmediato tras escuchar un comentario de una estudiante en el recreo. Estaban jugando a lanzarse una pelota, y dicha estudiante, ante el pedido de un compañero de que lance más fuerte, respondió: “…yo soy niña no puedo lanzar más fuerte…” ¡¡Hay tanto detrás de una simple frase!!

Día a día vemos cómo se acribilla a la mujer cuando hace deporte, aunque se van venciendo algunos estereotipos, pero queda muchísimo por hacer.

A propósito de sexismo y de la sociedad patriarcal, hay una publicación muy interesante del Instituto de la Mujer de España (Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad), “Hablamos de Deporte”, en la cual se profundiza sobre esta problemática y se dan algunos caminos a seguir para ir venciendo poco a poco esos estereotipos.

El deporte es una creación humana muy antigua (no así la actividad física que existe desde que hay seres vivos) y que acorde a las creencias y a la realidad de la época, se hizo por y para el hombre. Sin embargo, ya en pleno S. XXI, no estaría mal revisar individualmente (que es como se logran los mayores cambios y no esperando a los políticos de turno) y pensar si usamos correctamente el lenguaje de forma que todo el mundo se vea representado en la práctica física y existan personas practicantes, ni hombres ni mujeres.

Claro que hay casos particulares de derrocamiento de estereotipos, claro que hay incluso equipos mixtos en algunas competiciones de categoría infantil y cadete,…pero falta mucho por hacer y ese es el objetivo de esta publicación; crear debate, crear reflexión, pensar. 



Como podemos leer en el documento, “La familia es la primera influencia deportiva en la infancia; sin embargo, la influencia s muy desigual en niños y niñas. Mientras que a los hombres les resulta fácil asumir una identidad asociada con el deporte, porque forma parte del imaginario masculino desde los primeros años y se transmite muy tempranamente a través de la identificación con el padre; en caso de las mujeres, la identificación con el deporte se hace, en la mayoría de los casos, mediante una ruptura con el imaginario femenino representado por la madre, primera persona con la que se identifica la niña. Esto hace que la relación de las niñas con el deporte con frecuencia sea conflictiva desde la infancia, en cambio la de los niños sea algo natural.”

Y en relación a lo que debe ser: “Las mujeres deben ser valoradas según us propias condiciones y méritos y no por la confrontación con los modelos masculinos (y viceversa para el caso de los deportes mal llamados, “de mujeres”). No es suficiente que las mujeres puedan acceder al ámbito deportivo, es necesario que su intervención sea visible y tenga un tratamiento propio en las distintas esferas del deporte.”

La importancia del lenguaje que usamos, puede llegar a definir muchas prácticas sexistas si no se usa correctamente en cada situación: “…el lenguaje configura la realidad. Pero, si ésta cambia y el lenguaje se mantiene, se convierte en un lenguaje estereotipado…”


Y para terminar, en relación al origen de esta publicación, o lo que es lo mismo, la susodicha frase. En edad escolar prácticamente no hay diferencias en cuanto a las capacidades físicas básicas entre niños y niñas, de hecho la práctica deportiva es mixta en la mayoría de los casos y hasta casi la secundaria (o debería ser). De hecho, hay que hacer hincapié en un hecho fisiológico del desarrollo y es que las niñas se desarrollan más rápidamente que los niños, siendo la secundaria cuando ya se acentúan las diferencias a favor del sexo masculino en sujetos no entrenados.


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