29 agosto 2023

LOS EDUCADORES FISICO DEPORTIVOS Y EL CONSENTIMIENTO

Sin faltar al compromiso de este blog con la lucha por la igualdad, y como espacio libre de violencias machistas desde su creación, me siento en la obligación moral y ética de hacer una publicación sobre un asunto por todos y todas conocido, como es el beso sin consentimiento de un presidente de una REAL federación de fútbol a una futbolista.

Pexels. Anastasia Shuraeva

Por si todavía queda alguien que no sepa de qué estoy hablando vamos a recapitular brevemente: la selección española de fútbol femenino, tras una trayectoria brillante de las jugadoras, tanto en la selección como con sus clubes (el FC Barcelona femenino ya ha sido campeón de la Champions), sin olvidar a precursoras como la ya entrevistada en este blog, Vero Boquete, figura sin la que no se puede entender este hito histórico para el fútbol femenino español; ganó su primer mundial, venciendo en la final a Inglaterra con gol de Olga Carmona. En la celebración, el presidente de la REAL federación española de fútbol, Luis Rubiales, hizo gestos obscenos en el palco, y por si eso fuera poco, mientras saludaba efusivamente (demasiado tal vez) a la plantilla de las campeonas, sujetó por la cabeza a Jennifer Hermoso y la besó en la boca sin su consentimiento (palabras de la propia jugadora). En este blog, siempre se cree a la víctima, por lo que sus palabras son las únicas que valen. El consentimiento es lo que diferencia a algo que sí se puede hacer, de algo que es constitutivo de delito.

27 abril 2023

LA CULTURA DE LA VIOLENCIA MACHISTA Y LA VIRILIDAD

Hace unos días, salió una noticia en varios medios alertando de un caso de violencia machista en un partido de infantiles en Málaga. La noticia en sí es difícil de digerir y traducir en adjetivos calificativos, y los que se me ocurren no son adecuados para un blog. Empezaré así por el final (luego lo volveré a repetir por si no quedó claro) NO PODEMOS TOLERAR MÁS LAS VIOLENCIAS MACHISTAS, CAIGA QUIEN CAIGA, Y SE PARE LO QUE SE HAYA QUE PARAR.

Mientras leía la noticia en varios medios, la indignación iba "in crescendo" hasta el punto de no querer leer más, no podía, no quería ni imaginarme lo que pudo sentir esa niña de 13 años, que luego le preguntó a su padre, como él mismo afirma: "Ha sido muy triste ver la cara de mi hija cuando me ha preguntado por qué le decían esas cosas, si ella sólo quiere jugar al deporte que ama con locura. A lo que la niña respondió: "No he sabido qué decirles. Si me tienen que insultar, que me insulten por lo que insultan a mis compañeros. ¿Por qué me tienen que insultar por ser una niña, si no le hago nada a nadie?".