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Estimada Carla, en primer lugar quería agradecer tu gentileza con este blog, ya que es la primera vez que tengo la oportunidad de entrevistar a una persona de alturas, ¡sobretodo éstas alturas! Antes de empezar la entrevista me gustaría que me hagas un resumen de tu vida como deportista:
“Hola Jesús, en cuanto a mi vida
deportiva, siempre fui muy deportista desde pequeñita. Mi primer contacto con
la montaña fue a los 4 años; de todas formas en la escuela me gustaba el
atletismo, el basket (estuve en la selección de Pichincha), me metí a volei,
jugué fútbol, hockey, gimnasia olímpica, pasé un poco por todos los deportes,
incluso hice ballet clásico. Luego a los 13-14 años me metí de lleno en la
montaña y de ahí cada fin de semana empecé a ir a las montañas, desde los 15
hasta los 18 cada fin de semana a la montaña; subir, aprender algo,…. No mucha
escalada sino a los volcanes (Ilinizas, Pichincha, Cayambe,…), Luego fui a
Francia con una beca y allí aprendí más las partes técnicas de la montaña por
decirlo así. En la adolescencia todos los días iba al gimnasio, hacia bicicleta,
pasaba bastante tiempo en al gimnasio. Volei, hockey como te dije, en fin que
siempre me gustó muchísimo el deporte.”
Para ir haciendo un buen calentamiento, como toda buena práctica
deportiva, me gustaría que me cuentes ¿cuáles son los primeros sentimientos y
sensaciones cuando llegas hasta el punto más alto del planeta?¿Qué se ve?
"Bueno es una pregunta difícil de
explicar, creo que la sensación arriba en el Everest, sobretodo el hacerlo sin
oxígeno, es un momento de mucha paz y tranquilidad en el sentido de que llevas
muchos años preparándote; como te decía mi primer contacto con la montaña fue a
los 4 años, empecé a los 13-14, y ahora tengo 33, entonces son 20 años haciendo
montaña, 6-7 preparándome y entrenándome, entonces en ese punto cuando llegas
es cuando recuerdas todos esos años, un primer intento que tuve ya de hacer el
Everest sin oxígeno en 2013 entonces al llegar a la cima sin duda fue un momento
de mucha gratitud con la vida, con la gente que me ha apoyado y que me mandaba
buenas energías, el hecho de tener la suerte de haber descubierto esta pasión
por las montañas, mucha paz mucha tranquilidad, es un paisaje increíble.
Obviamente al no usar oxígeno es muy difícil. El sentirse cómoda arriba, estás
sumamente cansado, muy muy agotado, yo realmente lo di todo, entonces al final
también sentía como que una paz muy fuerte que venía del hecho de estar vacío,
de haberlo dado todo, ese vacío de haber entregado todo, hasta el último gramo
de esfuerzo, de voluntad, de ganas, de luchar por ese sueño, entonces es un momento
realmente muy hermoso pero difícil de explicar en pocas palabras."
Cuando vas subiendo, como en todas las pruebas de resistencia extrema,
debes tener momentos en los que ya no sabes de dónde sacar fuerzas ¿Cuál es tu
motivación en esos momentos? ¿Qué te hace seguir?
"Bueno, lo que me hace seguir en los
momentos más duros del ascenso es sin duda pensar en la gente que amo mucho,
que quiero un montón, que tengo siempre presentes, sobretodo a la familia
cercana, padre, madre, hermano, sobrino, mi novio Esteban que me apoyó un
montón, abuelos, en general familia. Y un montón también el hecho de que uno en
la vida siempre, sobretodo como deportista, siempre buscas ir más allá del
límite, ya sea en la dificultad, en la parte física, en los miedos, es siempre
esa búsqueda de ir aún más allá, de acercarse más a ese límite de lo que es
posible para el cuerpo humano, esa es una cosa que me da fortaleza, el hecho de
seguir buscando, de encontrar algo que de alguna forma se despierta, sobretodo
cuando estás en la altura sin oxígeno, es super super agotado de alguna forma entras
en un estado en el que escuchas las cosas con mucha precisión, sientes el latido
de tu corazón, sientes fluir tu sangre, sientes como los músculos se van rasgando
mientras caminas, es como que entras en un estado de consciencia “superperceptivo”,
y aunque es duro de alguna forma esto te motiva seguir buscando esos límites y
pensar apoyarse mucho en ese amor que te ha entregado la familia. Eso sobretodo
es lo que me impulsa a seguir adelante."
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"Bueno, creo que por los 20 años
que te cuento de experiencia haciendo montaña, muchísimas montañas, porque
realmente creo que he aprovechado todos los fines de semana cuando estaba en el
colegio, en la universidad, pero de ahí si me he dedicado mucho de lleno, he
hecho muchas expediciones a montañas altas que cada vez se iban incrementando,
7000, 7100, 7500, 8000, 8200 y 8600 en mi primer intento al Everst, y luego ya
los casi 8900. Entonces, obviamente con tanta práctica, de alguna forma
aprendes que una de las partes más peligrosas del montañismo es el bajar,
porque normalmente tu entregas muchísimo si no todo casi cuando subes, entones como
que siempre en esos años de experiencia aprendí mucho a tener en cuenta esta
parte, que debemos bajar. Entonces mientras subes, aunque lo vas dando todo
digamos, siempre en la mente yo tengo esa voz que me dice: “Carla hay que bajar
y hay que bajar bien, en buenas condiciones” ¿y sabes qué?; estuvo durísimo, yo
daba más o menos 10 metros, me sentaba, descansaba 2 minutos, caminaba 10
metros, me sentaba, o sea durísimo poder bajar porque estaba superagotada, pero
creo que viene de la experiencia, como que tienes el piloto automático por
decirlo así, como que ya el cuerpo dice: “solo sigue y sigue” aunque ya estás
abandonando todo, como has hecho tanta montaña el cuerpo ya sabe que tienes que
bajar porque es lo único que le va a permitir tener el oxígeno necesario para
recuperarse, así que es ya el piloto automático de la experiencia."
Vamos a cambiar, hablemos de los momentos previos. ¿Cuándo se te metió
en la cabeza subir al Everest sin oxígeno?
"Tal vez desde que tenía unos 15
años alguna vez dije “wow qué hermoso subir al Everest sin oxígeno”, sin embargo
mientras fui creciendo me empezó a gustar más las cosas técnicas que ir a la
altura, pero en 2009 después de escalar la pared sur del Aconcagua, Iván Vallejo
nos invitó a ser parte del equipo Somos Ecuador, y dentro de su proyecto estaba
la idea de abrir una nueva ruta en un 8000, entonces para esto no solo necesitábamos
lo técnico sino también formarnos en la altura y ver como respondía nuestro cuerpo,
y ahí como que se hico realmente tangible la opción de subir el Everest. Empecé
a subir 7000, 8000 y en un punto dije, ¿porqué no el Everest sin oxígeno?
Obviamente sin oxígeno porque ya es parte de nuestra filosofía, tanto
deportivamente, porque es una forma de hacerlo sin trampas por decirlo de
alguna manera, como espiritualmente para mí la respiración como tú sabes y en
muchos deportes y prácticas como yoga, meditacion…la respiración es
fundamental, esa conexión de tu cuerpo con el aire, con el oxígeno; entonces a
mi me parecía que una forma real de hacerlo era realmente sin mascaras que me
escondan detrás de la realidad, para mi ese era el reto realmente, el ver hasta
qué punto podía llegar mi cuerpo, qué limite, o si yo llegaba a 8750 y
realmente me bajaba pues no había problema, obviamente me habría dolido, pero prefería
bajarme y saber que mi limite es 8700 que enchufarme una botella de oxigeno, es
como una filosofía de vida, deportiva y espiritual."
Puedes comentarnos a grandes rasgos ¿cómo fue y cuánto duró el
entrenamiento?
"En total el entrenamiento a la
final duró 6 años, porque intenté una primera vez el Everest en 2013, no lo
logré y luego lo intenté de nuevo en 2016 y para el primer Everest ya me
preparé como 3 años. Desde 2012 empecé realmente con deportólogo,
entrenador,…que es hace 4 años, así como muy profesional la nota, y antes lo
que hacía era mucha montaña. Luego ya me metí de lleno, y este último año para
el Everest ya hasta dejé de trabajar, prácticamente me dediqué a entrenar el
90% del tiempo, de 6 a 8 horas diarias, 5 días a la semana, supermetida en el
plan de entrenamiento."
En general, Ecuador es un país en el que la mujer tiene más
dificultades que el hombre para lograr sus metas ¿Sentiste eso a lo largo de tu
vida deportiva?
"La verdad es que no, tal vez
tengo la suerte de nacer en una familia en la que primero mi madre es una mujer
muy fuerte con un carácter muy fuerte y decidido y desde pequeña ella nunca nos
mostraba como debilidad o resentimiento contra los hombres, entonces más bien
ella tenía la seguridad de que podía ser igual que los hombres entonces de
alguna forma esa imagen siempre perduró de que era como que todos somos
iguales, y obviamente cuando entré al club de montañismo, de los 20 que éramos,
tal vez 18 eran hombres, si no eran los 19, sin embargo siempre he sentido, o
he intentado no sentirme de antemano discriminada, es como que siempre he
tratado, a partir de mi propio ejemplo, hacer que los hombres (en los casos que
vienen de familias muy machistas por ejemplo) a través de mi ejemplo y de mi
forma de llevar las cosas, que ellos también aprendan a dar esa igualdad, te
pongo un caso: cuando vamos a una montaña, estamos en un campamento alto, hace
frio, una tormenta de nieve fuera, los hombres no salen a orinar, ellos tienen
sus botellitas para hacerlo dentro de la carpa, y tal vez en la primera ocasión
que yo estuve en estas condiciones, por la educación que solemos tener en
Ecuador las mujeres tendemos a decir “uy Dios mío qué vergüenza, hay 4 hombres
en la carpa conmigo, yo de ley tengo que salir a orinar y por último te
congelas las nalgas”, entonces eso es terrible, el hecho de que muchas mujeres,
por ese temor, saldrían, entonces yo aprendí a llevar mi bacinilla así como un
recipiente plástico y cuando las condiciones son esas, yo simplemente orino. A
ellos al principio se impresionaban, les daba una especie de entre asco,
chiste, burla, nervios, no sé,…pero al final terminan aceptando y dándose
cuenta que sí, que no por ser mujer debes salir fuera a congelarte las nalgas,
todos tenemos ese derecho de orinar dentro de la carpa porque fuera nos
congelamos. Pequeñas cosas como esa el hecho de simplemente no sentirse
discriminada de antemano sino pensar en que el trabajo en equipo es como un
trabajo en equipo, tal vez los hombres tienen más fuerza, porque tienen más testosterona,
pero nosotras hemos desarrollado más la voluntad, hemos desarrollado mucho la intuición,
no sé, creo que lo interesante e importante es que cada uno sea hombre o mujer,
ponga lo mejor de sí para llevar a cabo las ascensiones."
¿Qué crees que hace falta para que las mujeres tengan mayores
oportunidades en el deporte, o mejor dicho las mismas oportunidades y
reconocimiento que los hombres?
"Eso, el hecho de tener esa
seguridad que te digo, el no sentirse discapacitada por ser mujer. Yo sé que es
chévere que te digan “wow, eres la primera mujer latinoamericana…” pero de
alguna forma es como cuando dicen “eres la primera persona sin pierna que
llega” ¿me entiendes? Es como que de alguna forma tuvieras una discapacidad por
ser mujer y es un tema muy difícil, no sé si me explico; es como el hecho de
simplemente sentirse iguales, el no juzgar, porque como mujeres somos las primerísimas
en juzgar y en sentirnos discriminadas de antemano. Por ejemplo entramos a un
lugar inseguras y decimos “de ley, de ley me van a ver mal los hombres, no van
a querer que yo sea la jefa” o así, y nada que ver; a veces esa seguridad que
tienes en ti misma de que eres igual que un hombre simplemente hace que las
cosas fluyan.
No es por quitar valor al hecho
de que una mujer quiera ser “la primera mujer” o que una persona quiera ser la
primera persona sin brazo que sube o algo así; es que es más importante el
estilo de cómo haces las cosas que ser el primero en algo y que muchas veces a
las mujeres nos gusta mucho refugiarnos en eso de “ay es que como soy
mujercita, yo pobrecita muy débil, voy a llevar full tanques de oxígeno, un
montón de sherpas y todas las ayudas porque yo pobrecita mujer y sí soy la
primera pero como soy mujercita necesito full ayuda” entonces más que ser la
primera mujer y sentir de antemano esa especie de “discapacidad”, es más
importante el estilo, el decir, no importa que seas hombre o mujer, no importa
que no tengas brazo, no tengas pierna, no veas, eso no importa, lo que importa
es si tu sueño lo haces de la forma más limpia, buscando tus limites buscando
ir más allá. Eso es lo que me motiva a mí personalmente, obviamente respeto lo
que les motive a otras personas."
Se que estás realmente muy ocupada, por lo que valoro incluso más que
hayas dedicado algo de tu tiempo a esta entrevista. Muchas gracias por tu
tiempo, con el paso de los años estoy seguro de que se valorará como debe ser
este logro de ser la primera mujer sudamericana en hacer cumbre en el Everest
sin oxígeno. Mis mejores deseos para tus futuros retos, estoy seguro de que con
esta perseverancia los lograrás.
"Muchas gracias Jesús a ti,
chévere las preguntas, chévere entrevista, qué pena que no pudimos hacerlo así como
más tranquilo, discúlpame también porque ahorita estamos en Guarás, mañana
estamos saliendo otra vez a la montaña, ya me dices cualquier duda o preguntas
extra que tengas, espero te hayan servido mis respuestas; un abrazo enorme y
que estés muy bien."
Tomada de: www.vidactiva.com.ec |
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