ÁRBITROS, MACHISMO Y EDUCACIÓN

Siempre que hablamos de deporte, y más en el caso del fútbol, lo hacemos de los jugadores o jugadoras, de acciones de juego, de táctica, del gol fallado,....y para quejarnos, de los árbitros.

¿Realmente es justo esto? Si nuestro jugador favorito falla un gol cantado, ¿le criticamos igual pese a haber tenido mucho más tiempo para pensar y preparar el golpeo?, si en el trabajo nos equivocamos ¿nos gustaría que se hablara de eso entre los compañeros durante toda la semana?

Estos son algunos ejemplos del día a día de un arbitro, y ya ni digamos si se trata de una arbitro o de deporte escolar. A continuación expondré algunos aspectos del arbitraje que quizá nunca pensamos o ni por asomo nos imaginamos. Por un lado el arbitraje masculino en deporte masculino, por otro lado el arbitraje femenino en deporte masculino y por último el arbitraje en deporte escolar.

Arbitraje en general

El árbitro es un deportista, recorre una distancia mayor que la que recorren casi todos los jugadores sobre el campo, con la diferencia de que en su toma de decisiones no tiene todo el tiempo que tienen los jugadores, en la mayoría de las acciones. Por ejemplo, un centrocampista creador que tiene el balón, suele tener bastante tiempo para pensar, mientras que un árbitro en décimas de segundo debe decidir si la falta fue dentro del área o no. Con esto no quiero justificar ningún error, más bien la intención es sensibilizar ante un trabajo infravalorado, ya que a lo expuesto anteriormente hay que sumarle que no tiene recambio, es decir, si se cansa no puede pedir que salga otro compañero, debe estar en el terreno de juego más de 90 minutos y siempre con el mismo nivel de concentración.

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Arbitraje de mujeres en el fútbol masculino

Toda esta situación se suma al machismo en el caso del fútbol masculino en el que arbitran mujeres o actúan como árbitro asistente. Cabe señalar antes de entrar de lleno al asunto, que el machismo no es una característica del fútbol, así como todas las manifestaciones humanas. Solo que estas manifestaciones, al ser humanas, se extrapolan a los lugares o actividades en las que los éstos participan (como el racismo).

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Una vez aclarado esto, vamos allá; llegados a esta altura, en pleno Siglo XXI, con una historia larga y llena de hitos en el fútbol, parece algo fuera de lugar crear noticia de un suceso como que una mujer arbitre un partido de fútbol masculino. Y es que la igualdad de oportunidades y derechos exige eso, que no sea algo extraordinario, sino más bien que todos veamos como algo completamente normal, que una mujer tenga una función de árbitro principal en un partido de fútbol masculino si demuestra que es competente para ello.

Además de tener que lidiar con esta situación, una mujer debe lidiar con las dificultades normales de ser juez de un partido, así como los improperios de tipo machista, que emanan tanto del público presente (incluidas mujeres paradójicamente), como de los jugadores, así como actitudes hacia ellas que nada tienen que ver con un espectáculo deportivo (y no voy a citar ejemplos porque sería colaborar con ello).

Algunas consecuencias que sufre una mujer árbitro

Deporte escolar y arbitraje

En el caso del deporte escolar la cosa cambia un poco. No en los insultos e improperios que reciben estos deportistas que no golpean el balón, ya que esto continúa,...sino en el carácter y personalidad que debe tener y en el trato con los chicos/as que jueguen. No es lo mismo tratar con deportistas adultos y que tienen en el fútbol un trabajo, que con jóvenes en formación que deben aprender a comportarse en un campo de fútbol y a relacionarse no solo entre ellos sino también con el juez. En este caso el árbitro ya tiene un rol didáctico y educativo. No debe imponer, sino hacerse entender, no debe ser autoritario porque sí, debe guiar todas las situaciones hacia otras que sean provechosas para todos los jugadores/as, de forma que terminen por casi arbitrarse de forma independiente. En el deporte escolar lo primero es formar, de ahí que si es necesario parar el partido en determinado momento para aclarar alguna cosa, se hace, de esta forma evitamos malentendidos que pueden dar lugar a situaciones agresivas o incómodas.

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Terminando la disertación, decir que ser árbitro no es una tarea fácil, pero se puede facilitar si todos entendemos que son parte del juego, son deportistas también y deben estar en forma, deben tomar decisiones complicadas aún estando cansados. Y todos los que formamos parte del deporte y la actividad física deberíamos ser más fieles a nosotros mismos. ¿Algunos de vosotros no ha sido árbitro en algún momento de su vida profesional? Ellos también tienen derecho a equivocarse, al igual que todo el mundo.