Con motivo de
mi primera participación en una Maratón, se me ocurrió escribir un artículo
diferente a los habituales. En general
me considero un deportista, además de por mi profesión, por afición.
Aproximadamente desde los 15 años participo en carreras populares en las
ciudades en las que viví. Primero en Ourense con la San Martiño (sin duda la
mejor carrera popular, en todos los sentidos, de Galicia) y ahora que vivo en
Quito, el programa anual en el que participo es la 15k Últimas Noticias, 21k
Mitad del Mundo y este año, también la Maratón de Quito.
La preparación
para estas carreras es diferente en función de la distancia ya que, si bien el
paso de 10 kms a 15 no es muy grande (hablando siempre en relación a las
condiciones de una persona adulta con actividad física media), sí se nota un
cambio grande en relación a la media maratón y a la maratón completa. En el
primer caso se trata de una distancia que requiere una adaptación previa,
sobretodo teniendo en cuenta la altitud de Quito (2.800 metros snm). Cuando
hablo de adaptación no me refiero solo a física sino también mental, de hecho
en el caso de la media maratón y de la maratón, la parte mental es tan o más
importante que la física. Y no se trata de dedicar todo el tiempo a prepararse
psíquicamente, sino que además de tener el cuerpo listo para ese esfuerzo, hay
que tener también la mente. Estamos hablando de casi 2 horas en la media
maratón y 4 en el de la maratón, por lo que es mucho tiempo en el que la mente
trabaja tanto como el cuerpo en mantener el ánimo y la actitud necesarias para
lograr llegar a la meta o, en el caso de competidores, mejores tiempos.
Una
preparación general para una carrera de 10km podría ser, durante un mes
aproximadamente, hacer entrenamientos de 45´-60´ o series de 30´ para trabajar
la velocidad. Otra forma de hacerlo sería entrenar en base a distancias (por
ejemplo entrenamientos de la misma distancia de carrera, mayor, o menor pero en
varias repeticiones). No se trata de algo complicado para una persona con una
vida activa y con una salud normal. A nivel psicológico no requiere una
entrenamiento demasiado específico, a no ser que sea la primera vez, ya que en
este caso sí es recomendable cierto nivel de mentalización.
Los 15 kms es
un pequeño salto, pero sí existe una necesidad de mentalización ya que cuando
uno está acostumbrado a 10kms, esos 5 que “sobran” se notan mucho física y
mentalmente; al fin y al cabo, es la mitad más que hay que correr. Es
recomendable un entrenamiento centrado más en la misma distancia y quizá no
tanto el entrenamiento de velocidad (a no ser que haya un interés especial por
mejorar tiempo o competir).
La media
maratón ya empieza a ser “correr en serio” como dice Haruki Murakami en su
libro “De qué hablo cuando hablo de correr” (recomendable para todo aspirante a
correr una maratón). El entrenamiento para una media varía notablemente con
respecto a los citados anteriormente, sobretodo en cuanto al tiempo previo de
preparación. Si es la primera vez no menos de 2 meses antes, si ya hay
experiencia en este tipo de carrera se puede rebajar a mes y medio, pero no
menos. Es recomendable usar los diferentes entrenamientos de media y larga
distancia. El ritmo cambia, no se debe dar una zancada demasiado amplia sino
que más bien se acerca al ritmo de la maratón, con frecuencia de paso alta y
amplitud de paso baja. Sólo al final si aún quedan energías, se puede aumentar
la amplitud, pero sin forzar demasiado para evitar lesiones. Con respecto al
entrenamiento, como decía antes, debemos aprovechar todos los métodos posibles.
A nivel psíquico trabajar mucho la motivación durante todo el recorrido y las
casi 2 horas de carrera (hablando de tiempo medio para adulto con salud
normal), con música, con frases motivacionales, etc. En cuanto al entrenamiento
físico, conviene empezar poco a poco, con 10 kms cada sesión o 30´-40´.
Posteriormente ir subiendo ambos hasta aproximarse a la distancia de carrera o
el tiempo estimado de la misma. En este tipo de pruebas, es también muy
importante reconocer el recorrido de forma que se pueda establecer una
estrategia de carrera en la que sepamos cuándo “apretar” y cuándo “aflojar”.
Otra cosa que puede parecer trivial, pero realmente sí es importante, es al
apoyo de familiares o amigos, sean muchos o pocos, pero contar con alguien que
esté pendiente de uno.
Finalmente, y
centrándome en el tema de este artículo, llegamos a la maratón. Personalmente,
es una prueba con una mística especial, es la prueba reina de los Juegos
Olímpicos, es probablemente la más dura, y aunque todavía no lo experimenté,
cuando uno termina una maratón siente algo diferente a cuando termina otro tipo
de prueba. A lo largo de una maratón pueden pasar muchas cosas, hay muchos
altibajos por muy preparado que uno esté; y aceptar esto es parte importante
para la preparación psicológica. Lógicamente para preparar este tipo de pruebas
de larga distancia hay que afinar varios aspectos. La parte preparatoria debe
durar al menos 2 meses y medio o 3. Si uno es principiante 3 meses sería lo
mínimo. La forma de entrenar puede variar en función de a qué esté acostumbrado
cada uno, pero por lo general es muy parecida a la preparación de una media
maratón. El número de sesiones semanales debe ser al menos de 3, y escuchando
siempre a nuestro cuerpo, sabiendo cómo reacciona ante los entrenamientos y
cuidando mucho las sensaciones, ya que son las que nos dicen si vamos bien o
no. Es muy recomendable contar con un pulsómetro, con el que podemos regular el
esfuerzo en cada sesión y vigilar el progreso a lo largo de toda la preparación.
Lo ideal es entrenar a un 60%-70% de la frecuencia cardíaca máxima: ¿cómo
hayarlo?
- FCmax = 217 – (0.85 x edad en años)
- FCmax = 208 – (0.7 x edad en años)
De esta forma
que se llegue a un estado estable de carrera sin altos ni bajos, ya que eso
minaría el rendimiento. Igualmente, durante la carrera debemos saber por medio
del pulsómetro (o sensaciones generales aunque son menos fiables) las
variaciones y fluctuaciones del ritmo cardíaco para detectar problemas, o
preveer un bajón en el rendimiento que puede resultar en un abandono.
Para terminar
con este artículo, más personal de lo habitual, recalcar la importancia general
de escuchar a nuestro propio cuerpo ya que sólo así sabremos si las cosas van
bien o no, tanto en la carrera como en los entrenamientos. Otra idea
importante, sobretodo por poco conocida, es la preparación psicológica, que es
en la mayoría de los casos, la responsable de llevarnos a la meta en los kms
finales. Es primordial en toda actividad física ir conociendo a nuestro cuerpo
y cómo responde a los diferentes estímulos (la actividad física no deja de ser
un estímulo), asimismo ser consciente de nuestras limitaciones y de a qué
podemos aspirar, garantizará una práctica física saludable y constructiva.
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