Después de varios meses, una pandemia (que todavía no termina), volvemos...aunque en realidad nunca desapareció el blog ya que en facebook seguimos interactuando y publicando o replicando información relacionada con actividad física, salud, deporte y educación física: Educafisica en facebook
Hace ya más de un año que estamos con cases virtuales (Ecuador), y la situación es realmente preocupante en educación. Si bien es cierto que los estudiantes son increíbles porque están poniendo todo de parte para mirar hacia delante y hacen lo posible por mantenerse activos y participativos en clase, de hecho la clase se podría entender como ese momento en el que salgo de la rutina de casa de mis 4 paredes, y veo al profe, a mis compañeros,...aunque tampoco nos equivocaríamos si afirmamos que eso mismo en sí también es rutina.
A lo largo de este tiempo, hemos visto cómo cada vez había más contagios cercanos a nuestro círculo y, en mi caso, terminó por entrar en casa. Fuimos dos los contagiados. Estamos ya saliendo de los síntomas del virus y próximamente estaremos de nuevo haciendo vida normal respetando como siempre las normativas estatales.
El objeto de esta publicación es compartiros los efectos que, a nivel personal, tuvo la actividad física para ir superando cada fase del contagio y sintomatología.
Primeros días
Una vez que supe el positivo, hubo un primer momento de aceptar el golpe y todo lo que ello conlleva; cuarentena sin ver a los míos y sin salir más que para lo imprescindible, y seguir dando las clases virtuales desde un cuarto y no en la sala donde las hacía siempre por cuestión de espacio. A nivel psico-emocional fue el momento más duro.
Después del positivo, tras 3 o 4 días vinieron apareció la sintomatología más fuerte, que en mi caso fueron dolores de espalda, dolor de senos nasales, afonía y congestión nasal.
Fueron momentos de toma de decisiones. No quise dejar de dar las clases ya que eso me mantenía activo y en ningún momento quise dejar de hacer ejercicio, en dos sesiones cortas de 20´-30´ a una intensidad media y siempre autoevaluándome de forma objetiva en relación a la percepción de esfuerzo (hay muchas escalas en internet, quizá la más práctica es la de Borg que es la que usé). Desde el principio estuve acompañado en este proceso por la doctora, que me hizo el seguimiento y me fue recetando las diferentes medicinas, y tuvo conocimiento de que estaba haciendo ejercicio (el trabajo interdisciplinar es fundamental).
Meseta
Al cabo de una semana desde la cuarentena (más o menos), algunos síntomas fueron desapareciendo poco a poco, y otros apareciendo. De los que dije en la primera fase solo quedó la afonía y la congestión nasal, si bien ésta fue menor. Además apareció una leve presión en el pecho al respirar que me recordó a cuando tenía asma, y en consecuencia la doctora me recetó un inhalador que no me vino nada mal. Nunca tuve insuficiencia como para no hacer clases o ejercicio. Y luego los dos síntomas más inquietantes, aunque son de los más comunes; pérdida de olfato y gusto.
Fase final
Que es en la que me encuentro ahora, 17 días después de dar positivo, el único síntoma que queda es la afonía, que también está desapareciendo poco a poco. Físicamente me encuentro bastante bien.
Durante todo este proceso, además de no haber dejado de dar clases (cabe señalar que es educación física y me ayuda a mantenerme activo, si fuera de otra asignatura me lo pensaría), me organicé un plan de entrenamiento de dos sesiones diarias de ejercicio, que como decía anteriormente eran de 20-30 minutos de duración y de intensidad media. Mis antecedentes son de persona activa, con altos y bajos en relación a la actividad física, pero activa al fin y al cabo.
Sumando dichos antecedentes, con la dieta controlada al estar en cuarentena, más el plan de ejercicio; el resultado es un buen estado físico, psicológico y emocional tanto durante el proceso como al finalizar el mismo. Adelgacé hasta ahora 4 kgs sin perder masa muscular y se nota bastante a todos los niveles.
El objeto de esta reflexión no es hacer recetas para nadie, sino más bien animar a toda la población a mantenerse activos, pues el ejercicio y una dieta equilibrada nos protegen prácticamente de todas las enfermedades, incluido el coronavirus; y en caso de contagiarnos, nos ayuda sin lugar a dudas, a sobrellevarlo mejor en la mayoría de casos, y a todos los niveles; inmunológico, anímico y de perspectiva de salida de la enfermedad.
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