29 noviembre 2018

LO QUE RODEA EL DEPORTE, NO SIEMPRE ES DEPORTE: LA FINAL DEL MUNDO

Para Sudamérica, y creo que para todo el mundo, los partidos Boca-River y viceversa, son un espectáculo sin igual. El clásico de los clásicos, el partido del siglo, la final del mundo,...y un sinnúmero de titulares similares para denominar a esta final soñada por todos. Copa Libertadores 2018: Boca Juniors vs. River Plate.


Sin embargo, y no hace falta ser un teórico para ello, un partido de estas características con un título en juego entraña muchos riesgos y una organización casi perfecta. Hay muchos factores a tener en cuenta, horarios, fechas, entradas, control de asistencia a los estadios, publicidad, recorrido de buses del equipo rival, manejo del público local y visitante tanto fuera como dentro del estadio,...por lo que la final se convierte también en un escaparate de la capacidad para solucionar problemas de todas las entidades que participan en su organización.



Pero empecemos por el principio, el fútbol es un deporte, pero ¿qué es un deporte? Tomando como referencia "Concepto, características, orientaciones 
y clasificaciones del deporte actual" de Robles Rguez., J.; Abad Robles, M. T.; Giménez Fuentes-Guerra, F. J. (http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 138 - Noviembre de 2009)


  • Según José María Cagigal (1985, Ponencia que iba a exponer en Italia, adonde se dirigía cuando tuvo el fatal accidente), “Deporte es aquella competición organizada que va desde el gran espectáculo hasta la competición de nivel modesto; también es cada tipo de actividad física realizada con el deseo de compararse, de superar a otros o a sí mismos, o realizada en general con aspectos de expresión, lúdicos, gratificadores, a pesar del esfuerzo”.
  • Mientras, Parlebas (1981), citado por Hernández Moreno (1994:15) define el deporte como “situación motriz de competición reglada e institucionalizada” a la que el mismo Hernández Moreno (1994:15 y 1996) añade el aspecto lúdico, quedando la definición de deporte de la siguiente manera: “situación motriz de competición, reglada, de carácter lúdico e institucionalizada”.
  • Sánchez Bañuelos (1992), al definir el término deporte, nos dice que este esta relacionado con “toda actividad física, que el individuo asume como esparcimiento y que suponga para él un cierto compromiso de superación de metas, compromiso que en un principio no es necesario que se establezca más que con uno mismo”. 



En el caso del fútbol particularmente, existe el fenómeno social de los ultras-barras bravas-radicales,...con diferentes nombres pero creo que todos entendemos a quien me refiero. En ellos voy a centrar mi análisis, que como veremos luego, no se quedará en los estadios si no que llegará incluso a la presidencia del país (Argentina en este caso).


El suceso vivido por los jugadores de Boca al llegar al Monumental de River, mientras iban en el bus, solo es un ejemplo de lo que son capaces de hacer estos delincuentes identificados con el apodo "barrabrava". Como charlaba estos días con mis estudiantes de 4º de básica (quienes demostraron más sentido común que los barrabravas) el deporte profesional no es eso. El deporte profesional es un espectáculo que se debe vivir con seguridad y con alegría, con emociones alrededor del mismo; pero nada más que eso. Es inconcebible e inadmisible que exista toda esta violencia alrededor de estos espectáculos y que incluso las familias no lleven a sus hijos a los estadios por temor a lo que les pueda pasar (como también me comentaba algún alumno).
tomada de http://img2.rtve.es/v/3983107?w=1600&preview=1492438255738.jpg
Pero, ¿por qué? por qué estos grupos de aficionados, que nacieron como hinchada de animación, de gritos, palmas, tifos y demás estrategias, devinieron en grupos de delincuentes que buscan la violencia, la sangre, el golpe, el enfrentamiento no-deportivo,... Vayamos por partes, los ultras se cimientan en lo que la sociología llama "tribus urbanas". Estas tribus a su vez, se basan en el principio de aceptación del otro que predomina en la adolescencia y adolescencia tardía, por lo que estos grupos de jóvenes son especialmente sensibles y especialmente fáciles de captar. En Argentina (y otras regiones del mundo) las barras bravas-radicales-ultras, empiezan o se mantienen gracias a barrios pobres o no privilegiados donde la población joven no tiene satisfechas sus necesidades o incluso es marginal. ¿Qué ofrecen? Aceptación, sentimiento de pertenencia, acceso fácil a drogas, y a los estadios (gratis a veces), y finalmente incuso réditos políticos tanto para dirigentes de los clubes como para los que están en la cima jerárquica de la barrabrava.
tomada de: http://columnadeportiva.com/wp-content/uploads/2011/11/barrabravasargentina.jpg
En la publicación de: Violencia, poder, fútbol y drogas: Barras bravas en Argentina, (insightcrime.org del 5 de junio del 2014) podemos leer un buen resumen de la situación desde diversos puntos de interés e influencia, que redundan en un sistema en forma de bucle donde todos se necesitan, a pesar de que los dirigentes digan de puertas hacia fuera que quieren terminar con la violencia en el fútbol (lo cual claramente va contra sus acciones).
Un ejemplo vale más que mil palabras:

"En Argentina, una red organizada de pandillas manejadas por aficionados, conocida como “barras bravas”, ejerce poder sobre los clubes de fútbol de todo el país, con la ayuda de profundos vínculos políticos y obteniendo grandes sumas de dinero en el proceso."

En esta misma publicación, se expone la experiencia de un miembro de barrabrava de un club modesto donde a pesar de su condición de club pequeño, la dinámica social de dicha organización era la misma que cualquier club profesional:

"Eduardo Pérez, de 25 años, pertenecía a la barra brava de un pequeño club de fútbol argentino, Mitre en San Pedro, entre las edades 16 y 23. Participar en peleas fue una parte obligatoria para pertenecer a la barra brava, le dijo a InSight Crime. Ganar la entrada a la barra era una cuestión de atender religiosamente a los partidos, tocando tambores, portando banderas y usando sus puños contra los rivales. A cambio, él conseguiría entradas gratis, y sería invitado a reunirse en los días de partido, cuando las bebidas y la marihuana estarían en casa, dijo."

En relación a los vínculos políticos y por lo tanto, de poder, hay una publicación del diario El Cronista, donde podemos ver con claridad dichos vínculos, que no tienen tanto que ver con una ideología sino más bien con el simple hecho de tener poder, sea este del color que sea.
En: Barrabravas: un ejército silencioso que crece a la sombra de la política  (El Cronista, viernes 22 de mayo de 2015) el autor, David Cayón, nos explica las relaciones entre ambas partes;

"(...)el Kirschnerismo organizaba Hinchadas Unidas Argentinas. El acuerdo era: banderas contra el Grupo Clarín y apoyando al Gobierno, cero incidentes, y la política financiaba el viaje al mundial de Sudáfrica.

Pero la relación entre el fútbol y el poder no sólo se ve en la tribuna. los clubes son un buen trampolín para saltar a la arena política. Mauricio Macri es quizás el caso más emblemático, pero existen otros, como Nicolás Russo, ex presidente de Lanús y candidato en el mismo distrito por el Frente Renovador.

Tomando los dos clubes más grandes del país, River y Boca, se observa que la política está presente. En el caso Xeneixe (Boca), Mauricio Macri cimentó su carrera política y, aunque ya no es más presidente, su partido cuenta con representantes de peso."

Redirigiendo el texto, y ahora yendo al aspecto legislativo que regula el espectáculo futbolístico en Argentina, en la publicación del 14 de junio de 2018 en cnnespanol.cnn.com, David Cox expone;

"Daniel Ferreiro, vocero de la AFA, no cree que el problema de la violencia en las canchas de fútbol se vaya resolver pronto.
Ferreiro, quien también fue dirigente del club Nueva Chicago y durante su presidencia denunció ante la justicia a un grupo de violentos en los estadios, dijo que uno de los problemas mayores que tiene Argentina son las leyes anticuadas que protegen a grupos violentos como las barras bravas.
Ferreiro aseguró que a raíz de las "leyes anticuadas" los violentos entran por una puerta y salen por otra, como una "puerta giratoria". Explicó que la justicia argentina no logra imponer leyes severas a los barrabravas (hinchas violentos) para que cumplan su condena.
Además, señala que hay también un problema cultural. Según Ferreiro, por la falta de cultura del trabajo, hijos de desocupados terminan siendo utilizados por los poderes políticos como fuerza de choque. Ferreiro aseguró que también hay un negocio detrás de la violencia que beneficia a algunas de las fuerzas de seguridad."
(tomado de: https://cnnespanol.cnn.com/2018/06/14/el-lado-oscuro-de-las-barras-bravas-en-argentina-una-mirada-a-la-violencia-en-el-futbol/)

Como vemos, hay varias publicaciones tratando este tema, desde hace ya algún tiempo; todas ellas referentes a los vínculos en bucle entre barrabravas, poder, violencia, réditos políticos, drogas y más violencia.

Sin embargo lo que me resulta más curioso y chocante es que, justo los que están ahora en el poder y llegaron ahí gracias al apoyo de esos delincuentes, ahora dicen que van a crear políticas para acabar con el problema, como lo de jugar sin hinchada visitante; que puede funcionar hasta cierto punto (ver: Argentina planea frenar la violencia en el fútbol), de hecho hay menos violencia en los estadios, sin embargo no se resuelve nada, es solo un parche de cara a la galería, como pudimos ver en el suceso de la final de la Libertadores, donde no se agredió a hinchas si no al bus del equipo rival, lo cual llevó a Conmebol a tomar la decisión de llevarse el partido decisivo a Madrid, al Bernabéu, perjudicando así a la mayoría de hinchas que desean ver de forma sana un partido de fútbol.

No hay una solución sencilla, ni siquiera hay una única solución; probablemente éstas pasen por atacar desde diferentes "flancos" a la estructura bien montada de la corrupción y del poder que tejieron políticos y barrabravas, con la sombra del narcotráfico detrás; pero lo que es indudable es que los principales damnificados, además de las personas normales que van a ver un espectáculo sin más intención que esa, es el deporte en sí; hasta el punto de escuchar que el fútbol es un deporte violento.

El fútbol, como todos los deportes, no es violento de por sí, lo hacen así los que lo rodean. Si la culpa fuera del deporte entonces en todos los partidos habría violencia. Caminemos todas las entidades rectoras y nosotr@s como espectador@s, hacia un espectáculo y un entretenimiento sano, que nos haga vibrar y emocionarnos pero que al final,...SOLO ES UN JUEGO.
sigamos el ejemplo de los más pequeños, tomada de: https://k34.kn3.net/taringa/1/9/2/6/2/1/87/zsebaz/104.jpg?7355

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