Y llegó la primera de 2018. Después de un merecido descanso y en medio de muchos proyectos que empiezan, no me podía olvidar de vosotros.
Hace tiempo que no hablamos sobre salud, así que vamos con un clásico entre los clásicos, nuestro querido: ¡¡codo!!
Dependiendo del deporte practicado y el gesto específico, las lesiones por sobrecarga del codo pueden afectar a las estructuras del compartimento medial, lateral o posterior, y se pueden asentar en estructuras articulares (óseas, condriales y ligamentosas) o periarticulares (miotendinosas y nerviosas). De entre todas ellas, las más frecuentes son las llamadas "codo de tenis", codo de golf y de lanzador o epiaxdilitis, epitrocleitis, e impactación en valgo en hiperextensión. En este caso me voy a centrar únicamente en desarrollar un poco la epicondilitis o "codo de tenis" de forma que podamos conocer un poco más esta lesión tan común.
Hace tiempo que no hablamos sobre salud, así que vamos con un clásico entre los clásicos, nuestro querido: ¡¡codo!!
Dependiendo del deporte practicado y el gesto específico, las lesiones por sobrecarga del codo pueden afectar a las estructuras del compartimento medial, lateral o posterior, y se pueden asentar en estructuras articulares (óseas, condriales y ligamentosas) o periarticulares (miotendinosas y nerviosas). De entre todas ellas, las más frecuentes son las llamadas "codo de tenis", codo de golf y de lanzador o epiaxdilitis, epitrocleitis, e impactación en valgo en hiperextensión. En este caso me voy a centrar únicamente en desarrollar un poco la epicondilitis o "codo de tenis" de forma que podamos conocer un poco más esta lesión tan común.
tomada de: https://www.cinfasalud.com |
EPICONDILITIS
Representa
la lesión por sobrecarga más frecuente en el tren superior en los
deportes de raqueta (exceptuando el bádminton, donde según los estudios de L. D. Hensley, D. C. Paup, 1979; y los de K. Kröner, S.A. Schmidt, A.B. Nielsen, J., B.W. Jakobsen,
B. Möller-Madsen, and J. Jensen, 1986), no hay una prevalencia tan grande). Se trata de una tendinosis de los tendones
extensores de la muñeca con afectación sistemática del extensor
carpiano (100% casos quirúrgicos) y más raramente
del extensor digitorum communis (35%) por su sobrecarga excéntrica
al resistir el movimiento provocado por el desplazamiento hacia atrás
de la raqueta al golpear la pelota con un gesto incorrecto.
tomada de: https://blog.playo.co |
A
la hora de valorar posibilidades de tratamiento, distinguiremos el
estadio en que se encuentra la lesión; como todas las tendinosis, se
trata de un proceso progresivo que podemos dividir en varias fases:
-
Cambios temporales reversibles con manifestación a nivel bioquímico en el tendón.
-
Cambios estructurales al principio de poca intensidad, que se definen como degenerativos más que inflamatorios y que pueden ser reversibles.
-
Alteraciones estructurales irreversibles y roturas en la entrada el tendón.
tomada de: https://www.bettingexpert.com |
En
el estudio de Priest (1980) sobre 2633 tenistas aficionados, el 31%
tuvo síntomas de epicondilitis de mayor o menor severidad, y la
posibilidad de padecer además un síndrome de atrapamiento
subacromial era de un 63% más que entre los tenistas que no sufrían
epicondilitis, por lo que es necesario analizar en los deportistas
el miembro superior de manera global y la mecánica del gesto
deportivo que genera la lesión. De hecho, los factores que más parecen influir estadísticamente en el desarrollo de la lesión, son casi todos globales:
- Personas que emplean el tenis como método para alcanzar un nivel de forma cardiovascular y/o músculo-esquelética, ya que un error o falta de forma suficiente en una parte de la cadena cinética empleada para el golpeo, es una invitación a sufrir una lesión en una palanca más distal.
- Preparación inadecuada de los golpes, por descoordinación o por falta de comprensión de la mecánica del golpeo, lo que lleva inevitablemente a emplear la musculatura del antebrazo como una de las fuentes predominantes de energía para el golpeo y a realizar una contracción violenta de los mismos para acelerar la raqueta y colocarla perpendicular a la bola en el momento del golpeo.
- La comprensión errónea de que los deportes de raqueta son unos deportes de brazos.
Equipamiento
Va a tener una relación directa con la incidencia de
esta lesión, conocerlo para poder prevenirla y evitar su recidiva
posteriormente al tratamiento. En general, tendremos que hacer una
serie básica de preguntas a nuestro deportista:
-
¿Qué tipo de raqueta estás usando? ¿Desde cuando la tienes?
Con
mucha frecuencia, las lesiones del codo del tenista comienzan en el
primer mes de uso de una raqueta inadecuada (antes de comprar una raqueta, es conveniente consultar a un Lic. en CC. de la Act. Física y el Deporte qué características debe tener, acorde a la persona).
- ¿De qué material es la raqueta?
La incidencia de epicondilitis con las raquetas de aluminio era el doble que con cualquier otro material por su escasa capacidad de amortiguamiento de las vibraciones. En general, para un joven jugador no competitivo, una raqueta de grafito, ligera y flexible es la mejor elección en términos de protección del codo.
- ¿Qué tamaño de raqueta estás usando?
Las
raquetas sobredimensionadas son muy atractivas para los novatos, pero
multiplican los movimientos de torsión provocados por los golpeos
excéntricos, por lo que las mejores son las que están entre 95 y
110 pulgadas cuadradas.
Ventajas (v) y desventajas (d) de las raquetas sobredimensionadas:
v:
reduce la tendencia a rotar.
d:
Novato (7 cm del punto dulce -donde casi no hay tendencia a rotar ni
vibrar- con una raqueta grande: 10 cm). Aumenta más cm. en los
golpeos descentrados y aumenta el riesgo de lesión.
- ¿Qué tensión llevas?
Las
tensiones elevadas en el cordaje proporcionan más control, pero
aumentan los momentos de torsión y las vibraciones en el brazo, por
lo que se recomienda mantenerse en el rango bajo de las
recomendaciones del fabricante para el marco concreto.
- ¿Qué tamaño de grip usas?
Muchos
jugadores usan el mango “cómodo” o el que quedaba en la tienda
para la raqueta del color que le gustaba, en lugar de elegir el
correcto en función del tamaño de su mano. Tanto un grip pequeño
como uno excesivamente grande comprometen el control de la raqueta y
fuerzan una sobreutilización de la musculatura empleada para el
golpeo de la pelota. La moda no siempre es salud.
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