05 diciembre 2016

OPEN DE BÁDMINTON GUAYAQUIL

Finalizamos el año, con una entrada sobre un deporte al que no puedo tratar objetivamente, y escrita a modo de diario. Desde que un día, allá por 1995 o 96 no recuerdo bien, mi padre me presentó el Bádminton, y luego mi siguiente profesor de Educación Física me ayudó a conocerlo más y perfeccionar mi técnica y en general mi juego; nunca, nunca, nunca, me separé del todo. Hubo momentos en los que predominó el jugador, otras el árbitro, y otras el entrenador; pero nunca dejé el bádminton a un lado, ni siquiera a miles de kms de donde lo conocí.
Durante la competición. Foto: Jesús Barrio


Tras varios años en Quito y junto a Noel Matínez, logramos que este bello deporte se juegue, por poca gente pero al menos de forma continua. Hace año y medio, casi dos, se celebró en Guayaquil un campeonato al que no pude acudir por diversos motivos (en ésta ciudad hace años que se juega); sin embargo esta vez, se dieron todas las circunstancias necesarias para poder hacer un breve viaje a la ciudad más poblada de Ecuador, para participar en el Open de Bádminton de dicha ciudad. Al principio, cuando confirmé mi participación, se juntaron muchos sentimientos y emociones, y que hacía muchos años que no participaba en una competición, y eso se termina notando. Alegría, ansiedad, preocupación,...pero sobretodo ganas de reivindicarme. ¿Mentalidad? A esfuerzo nadie me puede ganar.

Con un entrenamiento que brilló por su ausencia, salvo algunos ejercicios de preparación física y de manejo de la raqueta unos 8 días antes (nada recomendable si lo pensamos técnicamente), me subí al avión para cruzar la espectacular columna vertebral del planeta, o lo que es lo mismo, los Andes.

Llegada a Guayaquil. Primero nos acercamos al pabellón de Bádminton de FEDENADOR (Federación Deportiva Nacional del Ecuador), para ver si estaba abierto y jugar un poco, para, al menos, recuperar sensaciones antiguas e interiorizar distancias. Tras comprobar que no estaba abierto, nos aseguramos de concretar una hora para ir a jugar, mientras tanto quedamos con Jaime, también español y seleccionador de Ecuador en Bádminton. Tras una charla muy amena, en la que intercambiamos impresiones y nos conocimos un poco, nos dirigimos al hotel para instalarnos e inmediatamente fuimos al pabellón.

Primeros golpes después de meses y recuperando sensaciones antiguas. Golpes con intensidad, con técnica, con destellos tácticos,...buenas sensaciones. Luego tuvimos la suerte de participar en un entrenamiento de los jugadores/as entrenados por Jaime, y en total nos machacamos durante unas 2:30 horas casi 3. Paramos no por falta de ganas sino por precaución por el torneo del día siguiente.

Y al fin, llegó el día. Nos despertamos, desayunamos bien y con calma. Recogimos las cosas y nos fuimos con todo al pabellón. Al entrar e ir viendo la cantidad de jugadores tuve una gran alegría la ver al bádminton creciendo en Ecuador, y al mismo tiempo, expectación y ansiedad por comprobar mi nivel con esos jugadores.

Primeros partidos. El torneo se organizó de una forma muy interesante y creo que adecuada. No fue por edades sino por niveles de los jugadores. Por un lado los que jugaban habitualmente con la selección o en ese grupo, y por otro, los demás. Donde sí había separación era entre niños y adultos. En la fase de grupos no me fue todo lo bien que podría haber ido, y de unas posibles 3 victorias y 1 derrota, la realidad fue 2 victorias y 2 derrotas. Estaba medianamente satisfecho, lo bueno era que pasaba por los pelos al cuadro, lo malo que no había jugado del todo bien.
Uno de los partidos acompañado de la cámara. Foto: Jesús Barrio
El cuadro. La organización estaba muy bien, me lo estaba pasando realmente bien. Muy contento por conocer gente nueva y encontrarme con otros jugadores con los que había coincidido en otras ocasiones, pero me faltaba un partido de esos que se te quedan en la retina. No estaba teniendo problemas físicos, lo cual me alentaba teniendo en cuenta la inactividad y el calor que hacía, además de algunas lesiones a lo largo de los último meses. Cuartos de final, veo a mi rival y me ilusiono, creo que puedo ganar; pero primero debo hacer algo para lograrlo, y eso es jugar bien, al ataque y...demostrando máximo esfuerzo. Primer set relativamente facil, cumplía el pronóstico. Segundo set, desconexión mental y bajón de juego inexplicable. 1-1.

En el tercer set, llegó uno de esos momentos que buscaba, aunque sin llegar a ser inolvidable. Buen juego, ofensivo, casi todas buenas decisiones y pocos errores no forzados. ¡2-1 y paso a semis!

Pues nada, uno de los dos llegará a la final. Me toca contra Noel. Contento por ser contra un amigo, pero inquieto porque por lo general, me solía ganar. Pero esta vez era distinto. Yo ya estaba caliente y con ritmo de juego, es en semis, ¡no hay nada que perder!

Primer set, un poco flojo por mi parte y 1-0 para Noel, por momentos me encontraba cómodo y sentía que le podía ganar, pero los errores y las malas decisiones me lastraron. Segundo set. Sensaciones mejoradas y empiezo mandando en el marcador. Buenos puntos, esfuerzo máximo, ningún punto por perdido, saques buenos,...pero cuando el rival es mejor, no hay más que felicitarle y estar tranquilo por haberlo dado todo. 2-0 y me quedé en semis.
Aspecto del pabellón durante el Open. Foto: Jesús Barrio
Con prisas por llegar al avión, Noel perdió la final, aunque nos quedamos con la sensación de que podría haber ganado el torneo.

En dobles la historia fue corta, jugamos un par de partidos, pero la clave del dobles está en el entendimiento y en la costumbre de jugar juntos, algo que Noel y yo no tuvimos y nos eliminaron rápido.

Para terminar, una sensación de felicidad y tranquilidad que aún me dura hasta hoy. Para mi fue un buen resultado, y cumplí mi principal premisa que era, no dar ningún punto por perdido y presentar lucha en todos los partidos. Hubo puntos que incluso diría que fueron muy buenos. Hice buenos remates (un punto débil antiguo), y tácticamente tuve momentos realmente buenos. Físicamente llegué a Quito como si hubiera corrido 2 maratones, una tras la otra, me dolía todo, pero es de esos dolores post-competición, que generan satisfacción por lo hecho. Enhorabuena Bádminton Ecuador por el trabajo que hace que lentamente, el Badminton ecuatoriano mejore y vaya logrando objetivos. Gracias Jaime por la atención ese fin de semana y,...¡gracias Bádminton por darme tantas satisfacciones!

En el siguiente video se puede ver un pequeño reportaje a partir del minuto 6:30", gracias a Fuerza Deportiva Extreme del Canal Uno.



FELICES FIESTAS Y BUENA ENTRADA DE AÑO 2017!!!!

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