Para Sudamérica, y creo que para todo el mundo, los partidos Boca-River y viceversa, son un espectáculo sin igual. El clásico de los clásicos, el partido del siglo, la final del mundo,...y un sinnúmero de titulares similares para denominar a esta final soñada por todos. Copa Libertadores 2018: Boca Juniors vs. River Plate.
Sin embargo, y no hace falta ser un teórico para ello, un partido de estas características con un título en juego entraña muchos riesgos y una organización casi perfecta. Hay muchos factores a tener en cuenta, horarios, fechas, entradas, control de asistencia a los estadios, publicidad, recorrido de buses del equipo rival, manejo del público local y visitante tanto fuera como dentro del estadio,...por lo que la final se convierte también en un escaparate de la capacidad para solucionar problemas de todas las entidades que participan en su organización.