Finalizamos el año, con una entrada sobre un deporte al que no puedo tratar objetivamente, y escrita a modo de diario. Desde que un día, allá por 1995 o 96 no recuerdo bien, mi padre me presentó el Bádminton, y luego mi siguiente profesor de Educación Física me ayudó a conocerlo más y perfeccionar mi técnica y en general mi juego; nunca, nunca, nunca, me separé del todo. Hubo momentos en los que predominó el jugador, otras el árbitro, y otras el entrenador; pero nunca dejé el bádminton a un lado, ni siquiera a miles de kms de donde lo conocí.
Durante la competición. Foto: Jesús Barrio |