¿Quiere usted prevenir hasta
quince enfermedades,
entre ellas la cardiopatía isquémica, la enfermedad cerebrovascular, la
hipertensión, los cánceres de colon y mama, la diabetes mellitus tipo 2, el
síndrome metabólico o la depresión?
Quien
lea esto ha de suponer que estoy loco o que quiero vender humo,…pero nada más
lejos de la realidad. Contra todos los efectos perniciosos que la actividad
sedentaria (que sigue aumentando entre los niños y jóvenes de prácticamente
todo el mundo ¿desarrollado?), y pese a los cuales, padres y madres de todo el
mundo siguen comprando consolas y juegos similares a sus hijos, y permitiendo
su uso indiscriminado; tenemos que los efectos de la actividad física son
absolutamente opuestos.
De todos es sabido
que el ejercicio físico y en general toda actividad física produce efectos
beneficiosos para nuestro organismo, tengamos la edad que tengamos. A lo largo
de estas semanas fueron saliendo algunas noticias interesantes al respecto y
que me gustaría resumir a continuación (toda opinión debe estar bien
fundamentada en la literatura existente).
Tomado de Europa Press
Científicos del Baylor College of Medicine, el USDA/ARS Children's
Nutrition Research Center y del Texas Children's Hospital (todos ellos situados
en Estados Unidos) recomiendan que se promueva la actividad física entre los
niños nacidos con poco peso para evitar su posible obesidad futura.
De esta forma, y tal y como se publica en la
edición digital de la revista 'International Journal of Obesity', los expertos
exponen que este consejo puede ser "prudente". De hecho, sostienen
que lo es aún más "si el bebé nacido con bajo peso es niña".
La explicación de los expertos a esta
advertencia es que el crecimiento tardío y tener bajo peso tras el nacimiento
"favorece la obesidad femenina". Así lo señala el profesor asociado
de Pediatría en el USDA/ARS Children's Nutrition Research
Center y autor principal del estudio, el doctor Robert Waterland.
Además, el especialista expone que en el
trabajo realizado se ha restringido el crecimiento de ratones hembra, los
cuales "fueron menos activos tras nacer y tuvieron tendencia a la obesidad
en su etapa adulta".
Por todo ello, Waterland sostiene que, una
vez que se haya ayudado a los menores a alcanzar un peso normal para su edad,
es importante que se incite a éstos a realizar ejercicio físico, ya que lo
contrario puede provocar malos resultados "a largo plazo".
Una de las explicaciones básicas
de este estudio radica en que, como instinto elemental que tenemos, ya que
pertenecemos al reino animal, tendemos a engordar si tenemos un estilo de vida
sedentario o si no nos movemos mucho. Y la prueba es muy evidente si observamos
el físico de pueblos indígenas, por ejemplo de la Amazonía, en donde les sobra
comida pero dado que están en movimiento continuo no tienen prácticamente materia
grasa, logrando unos cuerpos saludables que ya quisieran muchos de los que van
a los gimnasios. Claro que la esperanza de vida no es muy alta, pero ahí
influye mucho el entorno.
Tomado de Munideporte.com
Investigadores de la Universidad de Helsinki
(Finlandia) han elaborado un estudio sobre los beneficios de la actividad
física en la conducta de los niños. Las conclusiones indican que los menores
que la practican gestionan mejor las situaciones estresantes que aquellos que
son sedentarios. Además, les ayuda a prevenir síntomas de depresión.
Esta publicación confirma los beneficios de realizar ejercicio físico desde una edad muy temprana. A las ventajas para la salud física ya conocidas, hay que añadir las ventajas para la mente y el estado anímico de los más pequeños.
El estudio analizó la conducta de 258 niños de ocho años de ambos sexos, con diferentes niveles de actividad física a lo largo del día. Los especialistas midieron los niveles de cortisol de cada participante, es decir, la hormona que el cuerpo libera como respuesta cuando se somete al estrés, ya sea físico o mental. La medición se llevó a cabo mediante unos dispositivos que los niños llevaban en la muñeca.
Las observaciones resultaron muy claras. En situaciones de calma, como por ejemplo en el hogar, todos los niños tenían un nivel de cortisol parecido. Sin embargo, cuando se sometían a situaciones estresantes, los que se habían mantenido más inactivos presentaban cantidades inusualmente elevadas. Sin embargo, los que practicaban actividad física con regularidad apenas sufrían un pequeño incremento en el volumen de esta hormona.
Los expertos publicaron las conclusiones en la revista científica “Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism”. En ellas se concluye que los niños que hacen más ejercicio físico ofrecen una mejor respuesta ante el estrés y la ansiedad. Además, se demuestra que los que son físicamente más activos, en general, tienen mejor humor y, estadísticamente, son los que menos síntomas de depresión presentan.
En términos de actividad física, la Organización Mundial de la Salud recomienda para los niños y jóvenes de cinco a 17 años de edad, actividades diarias de 60 minutos o más. Es importante que se realicen actividades que involucren correr, saltar, hacer equilibrio, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, tanto en el contexto de la familia, en la escuela o en eventos comunitarios, con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias, musculares, la salud ósea y reducir el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles.
Esta publicación confirma los beneficios de realizar ejercicio físico desde una edad muy temprana. A las ventajas para la salud física ya conocidas, hay que añadir las ventajas para la mente y el estado anímico de los más pequeños.
El estudio analizó la conducta de 258 niños de ocho años de ambos sexos, con diferentes niveles de actividad física a lo largo del día. Los especialistas midieron los niveles de cortisol de cada participante, es decir, la hormona que el cuerpo libera como respuesta cuando se somete al estrés, ya sea físico o mental. La medición se llevó a cabo mediante unos dispositivos que los niños llevaban en la muñeca.
Las observaciones resultaron muy claras. En situaciones de calma, como por ejemplo en el hogar, todos los niños tenían un nivel de cortisol parecido. Sin embargo, cuando se sometían a situaciones estresantes, los que se habían mantenido más inactivos presentaban cantidades inusualmente elevadas. Sin embargo, los que practicaban actividad física con regularidad apenas sufrían un pequeño incremento en el volumen de esta hormona.
Los expertos publicaron las conclusiones en la revista científica “Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism”. En ellas se concluye que los niños que hacen más ejercicio físico ofrecen una mejor respuesta ante el estrés y la ansiedad. Además, se demuestra que los que son físicamente más activos, en general, tienen mejor humor y, estadísticamente, son los que menos síntomas de depresión presentan.
En términos de actividad física, la Organización Mundial de la Salud recomienda para los niños y jóvenes de cinco a 17 años de edad, actividades diarias de 60 minutos o más. Es importante que se realicen actividades que involucren correr, saltar, hacer equilibrio, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, tanto en el contexto de la familia, en la escuela o en eventos comunitarios, con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias, musculares, la salud ósea y reducir el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles.
Siempre se habla
de los efectos beneficiosos para nuestra salud en términos físicos,…sin embargo
la actividad física va mucho más allá, teniendo efectos positivos en nuestra
mente y habilidad para resolver o enfrentar situaciones estresantes. Está fuera
de toda duda que, aquellos que practican actividad física de forma habitual, se
enfrentan mejor a situaciones estresantes y también las suelen resolver mejor.
La justificación, unas líneas más arriba. A todo ello, añadiría que la
actividad física es un excelente relajante tras situaciones de alta exigencia o
muy estresantes. Me gustaría resaltar la importancia de este artículo ya que
mucha gente todavía no es consciente de esta implicación “mental” de la
práctica física.
Para finalizar,
decir que animo a todos los lectores a practicar de forma autónoma e ir
experimentando las sensaciones que les provoca la actividad física, sea
individual o en equipo. No se debe temer a la práctica sin estar federado o perteneciendo
a un club, no es necesario ya que todos tenemos lo que hace falta para
practicar ejercicio, un cuerpo y una mente; además no siempre la práctica
federada es buena ya que a ciertos niveles hay intereses económicos, lo cual
desvirtúa completamente esa práctica y la convierte en otra cosa.
En la próxima
publicación, seguiré con otro artículo interesante sobre las enfermedades que
se pueden prevenir con la actividad física.
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